Tal vez nadie identificaría con esta
denominación a una de las jugadas
más espectaculares que existen en el
fútbol, pero aquella pirueta,
consistente en que el jugador golpea
la pelota con su cuerpo paralelo al
piso, suspendido en el aire y echando
cada una de sus piernas de manera
alterna hacia atrás, bien pudo
llamarse así por derecho propio. Nos
referimos a la famosa “chilena” o
“chalaca”, cuya patente tiene mucho que ver con la Copa América. La
historia cuenta que el jugador de la
selección de Chile, Ramón Unzaga
Asla, era un excelso ejecutor de esta
jugada y, durante la disputa en 1916
del primer suramericano, sorprendió
a propios y extraños con esta
maniobra. Unzaga Asla era además
un multifacético deportista ya que,
aparte de futbolista, era nada menos
que atleta, lanzador de jabalina,
practicante de salto alto y salto con
garrocha, nadador y jugador de
waterpolo. Todas estas aptitudes
físicas muy seguramente le daban la
plasticidad requerida para ejecutar la
jugada, por cuanto las crónicas de la época señalan que el futbolista la
podía llevar a cabo varias veces en un
mismo partido. Sin embargo, Unzaga
Asla no era chileno, sino español de
nacimiento. Además, no estrenó la
pirueta propiamente en el
campeonato de 1916, sino que ya la
venía realizando con regularidad
desde hacía tiempo. Nos relata el
escritor uruguayo Eduardo Galeano
que, por lo menos dos años antes (es
decir, en 1914), ejecutó la maniobra
en el Estadio “El Morro” en
Talcahuano (Chile) y que, por esta
razón, fue denominada inicialmente
como la “chorera”, en alusión al
gentilicio de esta ciudad. Ya en el campeonato de 1916, como dijimos,
ejecutó varias, por lo que los
sorprendidos periodistas argentinos
de la época le dieron fe de bautismo
como “Chilena”, por ser Unzaga
jugador de este seleccionado.
La “Chilena” o "Chorera" El vasco Ramón Unzaga Asla fue el creador de la complicada contorsión, en El Morro. Luego David Arellano, con Colo Colo, la llevó a España. |
Sin embargo, igual que con la
invención del “Pisco Sour”, la jugada
también tiene disputa de paternidad
entre chilenos y peruanos. Si bien se
hizo conocer al continente de la
manera descrita, hay registros muy
serios en el sentido de que su
nacimiento fue mucho tiempo atrás,
en el puerto de El Callao, Perú. Allí,
durante la última mitad del siglo XIX,
los marineros ingleses llamaban a lugareños para sus encuentros de
futbol, con el fin de completar los 22
integrantes de los equipos. Algún
buen día, un afrodescendiente de
dicha localidad ejecutó la jugada,
sorprendiendo por su plasticidad y
recibiendo inmediatamente el
nombre de “tiro de chalaca”, también
en alusión al gentilicio de dicha
ciudad. La “chalaca” se fue
perfeccionando y es muy posible que,
tal como nos lo cuenta el periodista
argentino Jorge Barraza, quien hizo
una muy seria investigación sobre el
tema, en los encuentros futboleros
entre equipos de los dos países haya
sido transmitida por los peruanos y aprendida por los chilenos. En
resumen, la versión más probable es
que el origen de la jugada haya sido
en El Callao (por lo que su nombre de
“chalaca” sería el más correcto), pero
la prensa argentina que cubrió aquel
campeonato sudamericano, hace ya
casi un siglo, fue la encargada de
rebautizarla como “chilena”.
Sea como fuere, la “chalaca” o
“chilena” es patrimonio netamente
sudamericano y está íntimamente
ligada, como hemos visto, a la Copa
América. También sabemos que
seguirá siendo uno de los recursos
más bellos y emocionantes del fútbol.
Aunque, desconocemos, tal vez por fuerza de la costumbre, si podríamos
entenderla, por ejemplo, en términos
de “espectacular gol de chorera” o
“arriesgado despeje de española”,
como bien pudo llamarse en
cualquier momento de su evolución.
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